Entiéndase que el cuello dental es el sector del diente (que se mira en la boca), más cerca de la encía. Es en este sector en el cual frecuentemente se forman unas lesiones (especie de gradas), que están asociadas a una gran sensibilidad (dolor al aire, cosas heladas, calientes y ácidas).
Estas lesiones comúnmente se observan en los premolares (dientes ubicados entre los caninos y las muelas), pero en casos complejos se encuentran en cualquier diente. Inclusive en los de adelante.
La sensibilidad que se asocia a dichas lesiones es la que amenudo lleva al paciente a buscar ayuda profesional; en la mayoría de casos la explicación que reciben es, que la causa del problema es una mala técnica de cepillado. Esta respuesta es muy incompleta, ya que el cepillado agresivo es simplemente un factor secundario, el factor primario y determinante, es la presencia de interferencias oclusales (contactos dentales no adecuados).
Dentro de la función masticatoria, las piezas dentales están sometidas a cargas (fuerzas) de gran intensidad, para la que están diseñadas, siempre y cuando esta se de con una angulación paralela al eje largo del diente (línea imaginaria que divide al diente en dos mitades exactamente iguales, en sentido vertical).
Las cargas que no tienen esta característica son sumamente dañinas y provocan que el diente sufra una flexión (por una
compresión repetitiva), resultando que el esmalte se fracture, con preferencia al nivel del cuello (ya que es aquí donde es más delgado), dejando así expuesta la dentina (segunda capa del diente).